Amnistía Internacional considera sumamente decepcionante que los resultados de la COP26 sólo presenten avances
mínimos y graduales en la protección de los derechos humanos en el contexto de la crisis climática. Entre estas mejoras
respecto a las decisiones de ediciones anteriores de la COP y a las posturas de los Estados antes de la conferencia de
Glasgow figuran la mención de la necesidad de eliminar gradualmente algunas formas de subsidios a los combustibles
fósiles y de reducir gradualmente la energía de carbón, la petición a los Estados de que mejoren sus planes de
aspiraciones para 2030 antes del final de 2022 y el compromiso de aumentar la proporción de financiación climática
asignada para ayudar a los Estados a adaptarse a los efectos del cambio climático.