La introducción de la tecnología en los sistemas de protección social se presenta a menudo como una forma de mejorar el acceso de las personas a los servicios y de aumentar la eficacia. Sin embargo, como demuestra el ejemplo del registro de la tarjeta social en Serbia, al introducir la automatización en un sistema de seguridad social ya de por sí inadecuado sin abordar antes las deficiencias existentes y la discriminación estructural, se agravarán y afianzarán estos problemas y se socavará aún más el derecho de las personas a la seguridad social.
