En 1999, las fuerzas de seguridad uzbekas torturaron al periodista Muhammad Bekzhanov, director de un periódico prohibido de la oposición. Lo golpearon con porras de goma, lo asfixiaron y le aplicaron descargas eléctricas hasta que confesó haber cometido delitos “contra el Estado”. Un juez usó la “confesión” de Muhammad para enviarlo a prisión, donde sigue desde entonces.
Índice: EUR 62/2414/2015