Dos intelectuales, Igbal Abilov y Bahruz Samadov, fueron detenidos por cargos falsos, incluido el de “alta traición”, en represalia por sus escritos académicos y su activismo. Ambos permanecen bajo custodia y no les permiten recibir visitas ni comunicarse con sus familias. De ser declarados culpables, se enfrentan a largas penas de prisión, de hasta 20 años.