Emil Ostrovko y Vasily Sauchankau están recluidos en una prisión para menores de Bielorrusia, en condiciones que vulneran sus derechos humanos y sometidos a acoso y discriminación por las autoridades de la prisión. Tras juicios deficientes celebrados en 2018, fueron condenados a 10 años de prisión cada uno por delitos menores relacionados con drogas. Tenían 17 años en el momento de su detención. Su caso es representativo de los miles de adolescentes encarcelados en condiciones espantosas tras juicios injustos por delitos menores relacionados con drogas.