El ciudadano ucraniano Oleksandr Marchenko, encarcelado en Rusia por cargos falsos de espionaje, sigue sometido a hostigamiento y malos tratos bajo custodia. Las autoridades penitenciarias lo han recluido intermitentemente en celdas de castigo o aislamiento por motivos espurios y le niegan el contacto con su pareja. Asimismo, le están negando la atención médica que necesita, lo que pone en peligro su vida y puede constituir tortura.