Se cree que desde el 18 de noviembre unas 80 personas refugiadas sirias recluidas en el centro de expulsión de Erzurum han sido expulsadas a Siria, y corren peligro de sufrir graves violaciones de los derechos humanos en ese país. Entre los 50 refugiados que permanecen en el centro hay personas sirias que siguen en peligro de ser expulsadas.