Las personas refugiadas sirias continúan en riesgo de ser deportadas desde Turquía, y las autoridades turcas podrían poner en marcha planes para forzar a muchas de ellas a la llamada “zona segura”, en el norte de Siria. En esta zona existe un conflicto activo, como demuestra la acción militar que la propia Turquía llevó a cabo en el noreste del país en octubre de 2019.