Unas 75 personas de etnia romaní, entre ellas familias con niños de corta edad, llevan desde 2004 viviendo junto a una planta de tratamiento de aguas residuales, en casetas y barracones metálicos, tras haber sido trasladadas a esa zona, considerada inhabitable, procedentes de un edificio en estado ruinoso en el centro de la localidad rumana de Miercurea Ciuc.