Un total de 32 personas de nacionalidad afgana permanecen paralizadas en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, tras haber sido sumariamente devueltas a este último país por las autoridades polacas en agosto. Llevan semanas en esta situación, sin refugio, alimentación, agua ni cuidados médicos adecuados. Las guardias de fronteras polaca y bielorrusa los ha mantenido en una franja de tierra fronteriza, limitando así su acceso a asistencia letrada y a personal de ayuda humanitaria y médico.