Alrededor de 300 personas romaníes que viven en el campo de Masseria del Pozzo, en Nápoles, en el sur de Italia, corren peligro inminente de ser trasladadas a viviendas deficientes e inadecuadas. Las autoridades judiciales han ordenado el cierre del campo por considerarlo peligroso para el asentamiento de personas. Hasta ahora, las autoridades municipales no han ofrecido a las familias romaníes viviendas alternativas adecuadas.