Las autoridades búlgaras no están respondiendo de forma adecuada a las necesidades de las personas refugiadas y migrantes que cruzan –cada vez en mayor número– la frontera turca, huyendo en muchos casos del conflicto armado sirio. Quienes buscan asilo en Bulgaria se exponen a vivir en condiciones deficientes, masificados y sin saneamiento adecuado, a lo que se suma la falta de alimentos y de atención médica.