En Bélgica, al menos 2.600 personas solicitantes de asilo viven en la indigencia porque el gobierno belga no les proporciona alojamiento refugio y otros bienes y servicios esenciales. Muchas de ellas no tienen otra opción que dormir en la calle o en tiendas de campaña improvisadas. Cuando se acerca el invierno y las temperaturas descienden por debajo de cero grados, el gobierno federal debe activar con carácter inmediato un “plan de dispersión” para proporcionar alojamiento adecuado a las personas que buscan protección y cumplir las obligaciones internacionales de Bélgica en materia de derechos humanos.