Decenas de miles de personas están atrapadas en la trampa de los desalojos forzosos en toda Camboya. Se calcula que solo en Phnom Penh el 10 por ciento de la población fue desalojada entre 1990 y 2011. Los proyectos de explotación y las disputas por la tierra suelen ser precursores del desalojo, y al final el bienestar de las comunidades afectadas queda relegado frente a las exigencias