Hasta 1.500 familias que viven en las orillas del lago Boeung Kak, en Phnom Penh, pueden ser desalojadas por la fuerza de un momento a otro, pues las autoridades locales y la empresa que urbaniza las tierras tratan de despejar la zona. Se ha intimidado y amenazado a los habitantes de las viviendas para obligarlos a aceptar indemnizaciones o reasentamientos inadecuados, y las fuerzas de seguridad han hecho un uso inadecuado de la fuerza contra residentes que se reúnen para protestar pacíficamente.