El abogado de derechos humanos de Pekín Yu Wensheng está bajo “vigilancia domiciliaria en un lugar designado”, acusado de “incitar a la subversión del poder del Estado”. Se encuentra recluido en régimen de incomunicación y sin acceso a su abogado ni a su familia, por lo que corre peligro de sufrir tortura y otros malos tratos.