Buzainafu Abudourexiti, que regresó a China en 2015 tras estudiar dos años en Egipto, fue detenida repentinamente en marzo de 2017 y condenada a siete años de cárcel en un juicio secreto. No se ha facilitado información alguna sobre los cargos, pero se cree que su caso forma parte de una operación represiva más amplia contra uigures que han estudiado en el extranjero. Buzainafu Abudourexiti está en régimen de incomunicación y corre grave peligro de sufrir tortura y otros malos tratos.