Quinn Moon y Tang Kai-yin, dos de las 12 personas de Hong Kong detenidas en agosto de 2020 por el servicio de guardacostas de China y condenadas el 30 de diciembre de 2020 sin tener un juicio justo, llevan casi ocho meses sin acceso a sus familias y a la representación letrada que éstas han contratado. Hasta ahora, a sus familiares les han denegado todas las solicitudes de comunicación directa. Su estado y su bienestar son motivo de grave preocupación, pues ambos necesitan atención médica debido a enfermedades crónicas.