ATM Azharul Islam, destacado dirigente del partido opositor de Bangladesh, corre peligro inminente de ser ejecutado tras emitir las autoridades bangladeshíes una orden de ejecución el 16 de marzo de 2020. Declarado culpable y condenado a muerte por el Tribunal de Crímenes Internacionales de Bangladesh en diciembre de 2014, el Tribunal Supremo de Bangladesh desestimó su recurso el 31 de octubre de 2019 y mantuvo la pena capital. Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos han planteado reiteradamente la existencia de graves deficiencias en los procedimientos de juicio y apelación del Tribunal de Crímenes Internacionales, que llevan a graves errores judiciales.
