A Rohima Akter Khushi, estudiante universitaria, se le ha impedido continuar con su segundo semestre de estudios en una universidad privada de Cox’s Bazar únicamente por ser rohingya. Que a una de las pocas jóvenes rohingyas que ha sorteado todas las dificultades para llegar a tener estudios superiores se le niegue el acceso a ellos únicamente por su identidad es una vulneración del compromiso con los derechos humanos que Bangladesh ha contraído en virtud del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Índice: ASA 13/1025/2019