Persiste la preocupación por cientos de personas refugiadas luego de que varios hombres fueran expulsados del centro de detención de Lombrum el 23 de noviembre, tres semanas después de interrumpirse todos los servicios esenciales. Estas personas refugiadas y solicitantes de asilo siguen en peligro de sufrir violencia a manos de miembros de la comunidad y de las fuerzas de seguridad.