Emirlendris Benítez, de 42 años, es una madre, hermana y comerciante que en agosto de 2018 fue detenida arbitrariamente por motivos políticos y sometida a tortura en Venezuela. Ahora se enfrenta a una pena injusta de 30 años de prisión en condiciones inhumanas y necesita atención médica urgente, que incluya un diagnóstico completo y un tratamiento integral para las graves secuelas que sufre a causa de la tortura a la que fue sometida desde su detención y durante un periodo de reclusión en régimen de incomunicación.