El 25 de abril de 2025, César y Norelia fueron liberados de su detención con fines de control migratorio después de que se admitiera su petición de hábeas corpus, y unos días después se reunieron con sus hijos. La orden del juez manifestó que el gobierno no había presentado las pruebas necesarias para designarlos “enemigos extranjeros”; esta ha sido la primera decisión de este tipo que se dicta tras la resolución de la Corte Suprema sobre el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros.