Mientras la COVID-19 se propaga descontrolada en los centros estadounidenses de detención para familias, las autoridades de inmigración siguen manteniendo encerradas y poniendo en peligro a casi 90 familias que llegaron a Estados Unidos buscando seguridad frente a la violencia y la persecución en sus países de origen. Una familia de la anterior Acción Urgente, Marilin* y Yunior*, quedó en libertad, pero otras permanecen encerradas. Las autoridades deben liberar a todas las familias sin separarlas para protegerlas de la pandemia, manteniendo al mismo tiempo su unidad familiar.