Rodney Reed lleva en en el corredor de la muerte de Texas, Estados Unidos, desde 1998. Está previsto que sea ejecutado el 20 de noviembre de 2019 en relación con el asesinato de una joven blanca, un crimen que él asegura que no cometió. Fue declarado culpable sobre la base de unos análisis de ADN que demuestran que había mantenido relaciones íntimas con la víctima, y del testimonio de un experto forense que en el juicio declaró que el encuentro sexual se había mantenido al mismo tiempo que el asesinato y más tarde se retractó.