El 10 de diciembre, la policía nicaragüense devolvió dos vehículos de los que había tomado posesión 10 días antes y que pertenecían a la defensora de los derechos humanos Francisca Ramírez. Los vehículos mostraban señales de daño, y no se dio ningún motivo para su confiscación. Francisca Ramírez mencionó que la presión internacional la había ayudado a obtener justicia.