En julio de 2012, Yecenia Armenta fue detenida por la policía y torturada brutalmente para que confesara el asesinato de su esposo. Sus agresores la golpearon durante horas, la violaron y
la amenazaron con matar a sus hijos hasta que no pudo aguantar más. A pesar de las pruebas médicas independientes de que hubo tortura, la “confesión” se usó para acusar formalmente a Yecenia sin ninguna prueba.