El terremoto de enero de 2010 devastó Haití. Descrito por el secretario general de la ONU como “uno de los mayores y más graves desastres naturales de las recientes décadas”, el terremoto desencadenó una crisis humanitaria que exigió una acción internacional sin precedentes. Más de 230.000 personas perdieron la vida, y 300.000 más resultaron heridas.