Dos días después de la muerte de Fidel Castro, una familia compuesta por tres defensoras y un defensor de los derechos humanos fue detenida en Holguín, en el sureste de Cuba. Los cuatro recibieron una condena de un año de prisión, y las dos hermanas y el hermano están actualmente en huelga de hambre. Son presos de conciencia y deben ser puestos en libertad de inmediato y sin condiciones.