Desde el 18 de octubre, miles de personas se han echado a las calles de Chile en respuesta al aumento de los precios del metro en su capital. Las manifestaciones se ampliaron para reflejar el enfado de la población por el coste de la vida y por la desigualdad. El presidente decretó un estado de emergencia que permite al ejército ejercer labores policiales e imponer un toque de queda. La información inicial da cuenta de varias muertes, detenciones masivas y decenas de personas sometidas a tortura o malos tratos.