James Gatdet, que fue transferido ilegalmente de Kenia, ha sido acusado formalmente de varios delitos, entre ellos el de “traición”, que está penado con la muerte o cadena perpetua. Se halla recluido en precarias condiciones en la jefatura del Servicio de Seguridad Nacional. Se le niegan las visitas de sus abogados y de su familia desde el 15 de septiembre.