Según los informes recibidos, las personas detenidas tras la reciente ofensiva violenta lanzada contra manifestantes en Tanzania siguen siendo sometidas a tortura y malos tratos. Varios de los que estaban recibiendo tratamiento hospitalario para las heridas causadas por el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía han sido transferidos a la cárcel. Las detenciones continúan, y numerosos miembros de la oposición han abandonado el país.