Los manifestantes de las protestas previstas para el 17 de agosto en Malawi pueden estar expuestos a morir o resultar gravemente heridos si la policía hace un uso excesivo de la fuerza para disolver las concentraciones. En julio, al menos 18 manifestantes fueron asesinados cuando la policía disparó contra ellos balas reales para disolver las protestas organizadas por grupos cívicos.