El 17 de octubre, al final de un juicio de un día, Walid Hamdiya fue condenado a muerte por fusilamiento por el Tribunal de Seguridad del Estado en Gaza. Dos días después se impuso la misma pena a Amin Khalafallah. Ambos habían sido declarados culpables de cometer “traición, comunicándose con el enemigo (los servicios israelíes de información) y bajando la moral del pueblo palestino”.