Shima Babaee, joven defensora iraní de los derechos humanos, que hace campaña contra el uso obligatorio del velo, y su esposo, el también joven defensor de los derechos humanos Dariush Zand, están expuestos a sufrir tortura y otros malos tratos. Ambos se hallan recluidos en la prisión de Evin de Teherán, sin acceso a sus familias ni a un abogado, desde el 1 de febrero, cuando fueron detenidos por agentes del Ministerio de Inteligencia por su trabajo pacífico de defensa de los derechos humanos. Son presos de conciencia.