El clérigo disidente iraní Seyed Hossein Kazemeini Boroujerdi sufre constantes intimidaciones y amenazas de muerte de las autoridades iraníes desde que salió de prisión el 4 de enero. Está sometido a vigilancia las 24 horas y se halla de hecho bajo arresto domiciliario. Está gravemente enfermo y podría ser devuelto a la prisión en cualquier momento.