El preso de conciencia y defensor de los derechos humanos iraní Arash Sadeghi está gravemente enfermo y necesita ser hospitalizado de inmediato fuera de la prisión. Sin embargo, las autoridades se niegan a permitir su traslado, aparentemente por orden de la Guardia Revolucionaria. La negación de acceso a atención médica en estas circunstancias constituye tortura.