El delito de desaparición forzada lo inventó Adolf Hitler en su Decreto Noche y Niebla (Nacht und Nebel Erlass), dictado el 7 de diciembre de 1941.2 Desde esa fecha han sido víctimas de este delito centenares de miles de personas. Lamentablemente, el delito reapareció en Latinoamérica en la década de 1950 y se propagó luego al resto del mundo.