La revelación ante el Tribunal Superior el 14 de julio de 2010 de varios documentos antes secretos relacionados con el conocimiento y participación de las autoridades del Reino Unido en la detención de nacionales británicos y residentes en el Reino Unido bajo custodia de Estados Unidos y de otras agencias de inteligencia extranjeras se suma a un número creciente de pruebas de la implicación del Reino Unido en detenciones y tratos a los detenidos contrarios a sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos