Unas 20 personas fueron detenidas en Estambul el 15 de septiembre cuando la policía trató, por medio de gases lacrimógenos y camiones cisterna, de dispersar a los simpatizantes de los presos que participan en la huelga de hambre. Estas personas se habían congregado para asistir al funeral de uno de los huelguistas. Los detenidos corren un grave peligro de que los torturen mientras se encuentran bajo custodia.