De 2000 a 2007, el grupo de extrema derecha Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU) asesinó en Alemania a ocho hombres de origen turco, a otro de origen griego y a un agente de policía alemán de piel blanca. En 2011, el presunto suicidio de dos miembros del NSU y la entrega de un tercero a la policía pusieron al descubierto los escandalosos fallos de la respuesta de las autoridades alemanas a los asesinatos.