Cada año nacen personas con características sexuales —genitales, gónadas, hormonas, cromosomas u órganos reproductivos— que difieren de las normas establecidas para lo “masculino” y lo “femenino”. Estas variaciones de las características sexuales son diversas en su naturaleza y frecuencia. Algunas han sido objeto de un diagnóstico médico reconocido y otras no. Algunas son visibles desde el nacimiento, mientras que otras se manifiestan durante la pubertad o incluso en la edad adulta. Otras sencillamente no se detectan ni se diagnostican.