El hijo de Olga Lúquez murió por los disparos de unos policías de la comisaría Tropero Sosa, en la provincia de Mendoza, el 1 de octubre de 1999. Desde entonces, Olga Lúquez ha estado pidiendo que se haga justicia, y un policía de esa misma comisaría la ha estado amenazando, en persona y por teléfono. Recientemente, las amenazas se han hecho más serias, y Amnistía Internacional cree que tanto Olga Lúquez como su familia corren grave peligro.