Diez años después de que la Asamblea General de la ONU adoptase su primera resolución relativa a una moratoria sobre el uso de la pena de muerte, el impulso mundial hacia la abolición sigue sin disminuir. Con motivo de este aniversario, Amnistía Internacional reitera su llamamiento a los Estados que aún conservan la pena de muerte para que tomen medidas inmediatas a fin de que el mundo esté más cerca de deshacerse del exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante.