Nigeria: Indultado tras ser víctima de tortura, se siente “abrumado” por la campaña para salvar su vida

Un nigeriano que fue víctima de tortura y erróneamente condenado a muerte por un delito que se cometió cuando tenía 16 años ha sido indultado tras una intensa campaña llevada a cabo por activistas de Amnistía Internacional en todo el mundo.

Moses Akatugba, condenado a muerte tras haber sido declarado culpable de robar tres teléfonos móviles hace 10 años, y que fue torturado repetidamente para obligarlo a firmar una confesión, ha declarado sentirse “abrumado” después de que el gobernador saliente del estado de Delta, en Nigeria, anunciara anoche que le había concedido un indulto completo.

Los miembros y activistas de Amnistía Internacional son mis héroes. Quiero asegurarles que este enorme esfuerzo que me han dedicado no será en vano: por la gracia especial de Dios, estaré a la altura de sus expectativas. Prometo ser un activista de derechos humanos, para luchar por otras personas.

Moses Akatugba

“El indulto de Moses Akatugba, quien, para empezar, jamás debió ser condenado a muerte, ya que era menor de edad en el momento del delito, es una victoria para la justicia y un recordatorio de que el poder de las personas y la campaña por los derechos humanos realmente pueden cambiar las cosas”, ha manifestado Netsanet Belay, director del Programa para África de Amnistía Internacional.

“Sin los miles de cartas enviadas en apoyo de Moses por sus simpatizantes en todo el mundo, quizá la libertad no se habría conseguido.”

El de Moses es uno de los casos en los que se centra la campaña global de Amnistía Internacional Stop Tortura, y fue destacado en la campaña “Escribe por los derechos” de 2014. En total se emprendieron más de 800.000 acciones en todo el mundo para pedir al gobernador del estado de Delta, Emmanuel Uduaghan, que conmutara la condena de muerte.

En una declaración realizada tras el anuncio del gobernador Uduaghan, Moses declaró: “Me siento abrumado. Quiero dar las gracias a Amnistía Internacional y a sus activistas por el enorme apoyo que me hizo salir victorioso de esta situación.”

“Los miembros y activistas de Amnistía Internacional son mis héroes. Quiero asegurarles que este enorme esfuerzo que me han dedicado no será en vano: por la gracia especial de Dios, estaré a la altura de sus expectativas. Prometo ser un activista de derechos humanos, para luchar por otras personas.”

Moses dio también las gracias a Justine Ijeomah, que dirige la ONG nigeriana Fundación Derechos Humanos, Desarrollo Social y Medio Ambiente (HURSDEF, por sus siglas en inglés), y al gobernador Uduaghan por “mantener su palabra”.

En octubre de 2014, el gobernador Uduaghan respondió a las presiones de los activistas de Amnistía Internacional y declaró que estaba estudiando el caso. Concedió el indulto a Moses ayer, su penúltimo día en el cargo.

Detenido y torturado siendo niño

Moses Akatugba tenía 16 años cuando fue detenido en 2005 por robo a mano armado. Según afirma, los policías lo golpearon repetidamente con machetes y porras.

Según dijo a Amnistía Internacional, los policías lo ataron y lo mantuvieron colgado durante varias horas, y luego le arrancaron las uñas de las manos y los pies con unos alicates. Después lo obligaron a firmar dos “confesiones” ya escritas.
“Moses no era más que un niño cuando fue detenido y torturado. Y, en virtud del derecho internacional de los derechos humanos, no debería haber sido condenado a muerte, pues era menor de edad en el momento de cometerse el delito”, ha manifestado Netsanet Belay.

“Los gobernadores de Nigeria deberían conmutar las condenas de muerte de todos los presos en espera de ejecución en sus respectivos estados, incluidos muchos que corren peligro inminente de ser ejecutados tras investigaciones criminales igual de defectuosas.”

Antes de abandonar hoy su cargo, el gobernador Uduaghan conmutó también la condena de muerte de otros tres presos.

Ahora que el nuevo presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, toma posesión de su cargo, Amnistía Internacional le pide que dicte de inmediato una moratoria oficial de las ejecuciones con vistas a abolir la pena de muerte.

En la actualidad, más de 1.500 personas permanecen en espera de ser ejecutadas en Nigeria, entre ellas algunas que eran menores en el momento del delito. En 2013, Nigeria reanudó las ejecuciones al ahorcar a cuatro personas pese a una moratoria “voluntaria”.

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