Stuart Franklin: “Era como David contra Goliat”

Cuando Stuart Franklin, fotógrafo de renombre mundial, estaba en una terraza abarrotada de gente, cinco plantas por encima de la Plaza de Tiananmen, en Pekín, apuntando con su cámara a un hombre plantado en actitud desafiante ante una hilera de tanques chinos, pensó que estaba demasiado lejos de la acción. 

Sin embargo, 25 años después de aquel día icónico del 5 de junio de 1989, la imagen se ha convertido en el símbolo máximo del poder de una persona contra la potencia del Estado. 

Así es como sucedió. 

De “Woodstock” a la represión

Stuart había llegado a Pekín una semana antes de la escandalosa represión ejercida por el gobierno chino contra un grupo de estudiantes pacíficos la noche del 3 de junio de 1989. 

Su editor de la agencia fotográfica Magnum sabía que lo que había comenzado como una huelga hambre realizada por estudiantes en la plaza principal de Pekín en abril de aquel año se estaba convirtiendo en algo de proporciones históricas. Stuart recibió el encargo de ese trabajo.  

“Estaba deseando ir. Sabía que lo que estaba pasando era serio porque, en China, desafiar al Estado era algo muy serio”, nos cuenta Stuart desde su casa en el sur de Londres.  

El fotógrafo llegó a la capital china con poco más que una mochila y sus cámaras, alquiló una bicicleta y empezó a recorrer la ciudad. Trataba de entender los sucesos sin precedentes que se estaban produciendo a su alrededor. 

“Era extraordinario. Cuando llegué, el ambiente era como una especie de ‘Woodstock chino’. Aunque en una tienda había personas en huelga de hambre, también había conversaciones y música. Era como una especie de festival de rock”, dice. 

Pero las cosas rápidamente se ensombrecieron y, cuando aparecieron los tanques, quedó claro que las autoridades chinas iban a emprender acciones enérgicas. 

“Las cosas cambiaron cuando el ejército intervino el 1 y 2 de junio. La atmósfera se hizo más sombría. Empezaron a disparar, hubo muertos, y luego, gradualmente, empezó la represión.” 

El hombre del tanque

Nadie sabe exactamente cuántas personas murieron cuando el ejército chino cargó contra los estudiantes, sindicalistas y residentes que protestaban en la plaza de Tiananmen el 3 y 4 de junio. 

Y nadie esperaba lo que sucedió después. 

Cuando salió el sol la mañana del lunes 5 de junio de 1989, Stuart corrió a la terraza del Hotel Beijing, al otro lado de la calle, frente a la plaza de Tiananmen. Los corresponsales extranjeros se habían reunido allí para presenciar lo que sucedía en la plaza. 

Y entonces lo vieron. 

Un hombre con camisa blanca y pantalones oscuros se acercó a una hilera de tanques en la avenida Chang’an, armado únicamente con dos bolsas. 

Caminaba de un lado a otro para impedirles avanzar. Los tanques se movían con él. 

“Estábamos atónitos. Habría esperado que el tanque, muy despacio pero gradualmente, avanzara hacia delante. El hecho de que, en lugar de hacerlo, empezara a bailar y a negociar con el hombre fue una sorpresa mayúscula”, dice Stuart. 

“Era como David contra Goliat. El hombre era diminuto delante de aquel enorme tanque, y hacía sentir que la influencia de un solo hombre podía controlar la potencia del Estado.” 

Stuart, emocionado, pulsó el disparador de su cámara, igual que había hecho en muchas ocasiones anteriores durante las protestas, captando el ambiente de unos sucesos que rara vez se ven en China. 

“Cuando tomé esa fotografía, lo que me pasaba por la cabeza era que estaba a kilómetros de distancia, demasiado lejos. Pensé que ojalá estuviera más cerca, que ojalá estuviera en la calle. Tuve destellos de recuerdos de fotografías realmente extraordinarias como las de los checos manifestándose ante los tanques rusos que entraron en Praga en 1968. Pensaba: ‘Vaya por Dios, estoy a kilómetros de distancia, esto no va a tener demasiado interés'”, dice mientras mira la serie de imágenes que tomó hace 25 años. 

“¿Hiciste tú la foto?” 

Al día siguiente, cuando trataba de salir de Pekín con su carrete oculto en la lata de té de un productor de televisión francés, Stuart recibió una llamada de su editor de Magnum en París, que le dijo únicamente: “¿Hiciste tú la foto del hombre delante del tanque?”. 

Fue entonces cuando Stuart supo de la imagen que, durante los años venideros, ilustraría lo sucedido aquellos días. 

“No teníamos televisión en Pekín, así que no sabíamos lo grande que se había hecho esa imagen. Aquel suceso se difundió por todo el mundo, de la mano de la BBC y otros medios de comunicación. La gente vio esas imágenes de un hombre bailando literalmente delante de un tanque, impidiendo su avance, deteniéndolo, y eso es lo que se ha convertido en icónico”, explica Stuart. 

“Si hubiera sucedido hoy, todo el mundo lo habría tuiteado. Todo el mundo habría tenido esa foto. Si tuviera que resumir esta imagen en una sola palabra, sería valor. Definió el extraordinario valor de un hombre para plantarse ante una hilera de tanques, sacrificando su propia vida por la justicia social tal como él la veía.”