Estados Unidos muestra apoyo firme al nuevo Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas

Un alto diplomático estadounidense ha afirmado que su gobierno firmará en breve el nuevo Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA); la medida, según Amnistía Internacional, permite abrigar la esperanza de que este tratado capaz de salvar vidas se aplique en breve en todo el mundo. El subsecretario de Estado estadounidense, Thomas Countryman, afirmó el miércoles que Estados Unidos firmaría el TCA “en un futuro inminente”. Otros muchos gobiernos están indicando también que pronto firmarán el tratado, que el 3 de junio de 2013 se abrirá a la firma y ratificación de los Estados en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Al menos 50 Estados deben ratificarlo en su legislación nacional para que tenga lugar su entrada en vigor.Estados Unidos, que es con diferencia el mayor productor y exportador de armas del mundo, es un Estado clave para el apoyo al TCA. A pesar de haber tenido anteriormente un papel obstruccionista en el proceso, su apoyo al tratado en la ronda final de negociaciones de la ONU, en marzo de este año, fue decisivo para conseguir finalmente el voto aplastante de 155 Estados a favor de la adopción del tratado en la Asamblea General celebrada el 2 de abril.”Amnistía Internacional elogia el compromiso contraído por el gobierno estadounidense de firmar el Tratado sobre el Comercio de Armas en un futuro inmediato, y por tanto evita cualquier acción que pueda perjudicar al tratado. Seguiremos presionando a los dirigentes de Estados Unidos y otros países del mundo para que ratifiquen y apliquen el tratado cuanto antes, para que no haya más transferencias de armas que fomenten las atrocidades y los abusos”, ha afirmado Frank Jannuzi, director ejecutivo adjunto de Amnistía Internacional Estados Unidos.

Un grupo de senadores estadounidenses, empujado por el poderoso grupo de presión a favor de las armas en el país, ha opuesto resistencia a la futura ratificación del TCA por Estados Unidos. Pero Amnistía Internacional señala que sus motivos de preocupación se basan en afirmaciones fundadas de que el tratado afectaría a la normativa nacional sobre el control de armas. 

Countryman ha reiterado en sus comentarios que el TCA no representa ningún peligro para los derechos constitucionales estadounidenses, en un nuevo intento de disipar el temor de que el tratado influya en la legislación nacional sobre armas. Dijo que, con su firma, Estados Unidos sentaría un importante precedente y favorecería una amplia adopción y aplicación del TCA en todo el mundo. “Tenemos la esperanza de que todos los Estados que son grandes productores de armas terminen apoyando el TCA. Mientras tanto, animamos a tantos países como puedan a que firmen el tratado el 3 de junio, o poco después, y empiecen a dar los pasos necesarios para garantizar su aplicación nacional”, ha afirmado Brian Wood, director de la campaña Armas bajo Control y Derechos Humanos de Amnistía Internacional. Desde la década de 1990, Amnistía Internacional hace campaña para conseguir la adopción de unas normas globales sobre transferencias internacionales de armas que sean sólidas y jurídicamente vinculantes, a fin de frenar la circulación de armas convencionales y municiones que fomentan las atrocidades y los abusos.

A pesar de algunas limitaciones en el texto del tratado, la organización considera que el TCA constituye un avance considerable hacia este objetivo y ofrece una base firme para regular mejor el flujo internacional de armas.

“Aunque algunas partes del tratado podían ser  más contundentes, como las definiciones de su ámbito de aplicación y el riesgo de uso indebido de las armas, el TCA puede servir realmente para reducir las violaciones de derechos humanos y del derecho humanitario, sobre todo si los Estados aplican de buena fe los artículos 6 y 7 conforme al objeto y fin del tratado”, ha señalado Wood.

El artículo 6.3 constituye un importante avance, ya que prohíbe las transferencias de armas por parte de un Estado si tiene conocimiento de que esas transferencias podrían utilizarse para cometer genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra.

El artículo 7 exige que los Estados Partes no autoricen las exportaciones de armas cuando exista un riesgo manifiesto de que podrían utilizarse para cometer o facilitar la comisión de graves violaciones del derecho internacional de los derechos humanos o del derecho internacional humanitario, incluidas ejecuciones sumarias y arbitrarias, tortura y desapariciones forzadas.

El tratado obliga asimismo a los Estados Partes a evaluar el riesgo de las exportaciones de armas que se están empleando para cometer o facilitar la comisión de actos de violencia de género o graves actos de violencia contra mujeres y menores de edad.

Irán, Siria y Corea del Norte, sometidos los tres a algún tipo de embargo internacional de armas, fueron los únicos países que votaron en contra de la adopción del TCA cuando se sometió a votación el 2 de abril en la Asamblea General de la ONU. Estados Unidos estuvo entre los 155 países que apoyaron su adopción.