La esperada puesta en libertad del palestino Khader Adnan tras permanecer cuatro meses bajo custodia israelí sin cargos ni juicio coincide con una masiva huelga de hambre de presos que, según Amnistía Internacional, es una muestra de la indignación que despiertan la detención administrativa y las condiciones penitenciarias. Está previsto que Adnan, panadero de 34 años de edad presuntamente vinculado a la Yihad Islámica, quede en libertad gracias a un acuerdo alcanzado en febrero entre sus abogados y las autoridades israelíes por el que accedió a poner fin a una huelga de hambre de 66 días para protestar por su detención administrativa y los malos tratos a que lo habían sometido. Permanecía recluido desde diciembre de 2011.El martes, más de 1.000 presos comenzaron una huelga de hambre indefinida para conmemorar el Día de los Presos Palestinos y protestar contra la práctica de la detención administrativa, la negación de visitas de familiares y las condiciones de reclusión. “Sin desvelar las pruebas que justificaban su reclusión, las autoridades israelíes siguieron manteniendo recluido a Khader Adnan después de que accediese a poner fin a su huelga de hambre, obligándolo a permanecer recluido durante más tiempo sin cargos ni juicio mientras su vida corría peligro”, ha manifestado Ann Harrison, directora adjunta del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional. “Las autoridades israelíes deben abandonar la práctica de mantener a las personas en detención administrativa, y asegurarse de que los palestinos que se encuentran bajo su custodia no son sometidos a malos tratos y tienen acceso a atención médica adecuada en caso de necesitarla.”La acción de Adnan inspiró a Hana Shalabi, de 30 años, que permaneció en huelga de hambre durante 43 días en protesta por su propia detención administrativa y los malos tratos a que la sometieron las autoridades israelíes.El 1 de abril, las autoridades militares israelíes la pusieron en libertad en la Franja de Gaza gracias al acuerdo alcanzado con su abogado, que representa a la Sociedad de Presos Palestinos. A Amnistía Internacional le sigue preocupando que el traslado de Shalabi a la Franja de Gaza pueda haber constituido traslado forzoso o deportación. No puede volver durante al menos tres años a su hogar en la Cisjordania ocupada.Mientras tanto, decenas de presos palestinos y personas en detención administrativa también se habían declarado en huelga de hambre, muchas de las cuales se desconvocaron cuando Shalabi quedó en libertad. Antes de la protesta multitudinaria de hoy, ocho palestinos continuaban en huelga de hambre para protestar por su detención administrativa, cuatro de los cuales se encuentran actualmente recluidos en el hospital de la prisión de Ramleh debido a su precario estado de salud. Según la información de que dispone Amnistía Internacional, tras un recurso legal interpuesto por Physicians for Human Rights-Israel se ha permitido el acceso a médicos independientes sólo a dos detenidos —Bilal Diab, de 27 años, y Thaer Halahleh, de 34, ambos en huelga de hambre desde el 1 de marzo—, pero no se les ha permitido recibir visitas de abogados independientes ni familiares. “Nos siguen preocupando enormemente los informes que indican que a los detenidos se les ha negado el acceso a médicos independientes, y que se ha castigado a algunos por su decisión de declararse en huelga de hambre, entre otras cosas, siendo recluidos en régimen de aislamiento, multados y sometidos a otros malos tratos por agentes de los servicios penitenciarios de Israel”, ha señalado Ann Harrison.Los palestinos que se han declarado en huelga de hambre piden que se ponga fin a la reclusión en régimen de aislamiento, permitiendo a todos los presos y detenidos recibir visitas de sus familiares. Desde junio de 2007, se han prohibido estas visitas a presos y detenidos procedentes de la Franja de Gaza, lo que viola el derecho internacional. Más de 320 palestinos, entre los que se incluyen 24 miembros del Consejo Legislativo palestino, se encuentran actualmente en detención administrativa. En los últimos meses el número de personas recluidas ha seguido aumentando.
