Luisiana debe conceder el indulto a menor de edad condenada a cadena perpetua sin libertad condicional

Dado que hoy se reúne en Baton Rouge la Junta de Indultos y Libertad Condicional, Amnistía Internacional ha aprovechado la ocasión para pedir a las autoridades de Luisiana el indulto para esta mujer, condenada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por un delito cometido cuando era menor de edad. Christi Cheramie, de 33 años de edad, fue condenada en 1994 tras haberse declarado culpable del asesinato en segundo grado de la tía abuela de su prometido ese mismo año. Tenía 16 años. Si la Junta se niega a conceder una vista sobre su solicitud de indulto, tendrá que esperar siete años más para volver a presentarla.“Christi Cheramie ha pasado ya más de la mitad de su vida en prisión, donde la describen como reclusa modelo, que terminó sus estudios, y enseña ahora a otras personas” declaró Susan Lee, directora del Programa Regional de Amnistía Internacional para América. “La cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional es incompatible con los principios básicos de la justicia de menores, que obliga a los Estados a dar prioridad a la integración del menor en la sociedad. La Junta de Indultos y Libertad Condicional de Luisiana tiene ahora la posibilidad de concederle una segunda oportunidad”.Los días 23 y 24 de enero la Junta celebrará en Baton Rouge, capital del estado, su reunión mensual, en la que revisa las solicitudes de indulto de los reclusos y reclusas y decide si se debe celebrar o no una vista al respecto. Si la Junta emite una respuesta afirmativa, posteriormente estudiará el caso de Christi Cheramie y formulará una recomendación no vinculante a Bobby Jindal, gobernador del estado de Luisiana. Amnistía Internacional ha pedido ya al gobernador que la indulte y que garantice la conmutación de su condena, de conformidad con las normas internacionales.“Lo que pedimos no es que se perdone a los menores que hayan cometido delitos, sino que cuando las autoridades gubernamentales se planteen la rendición de cuentas en esos casos, no olviden falta de madurez del menor y su capacidad de rehabilitación”, explica Susan Lee. En el juicio en el que se condenó a Christi Cheramie, el tribunal de menores remitió directamente el caso a un tribunal de adultos, y las autoridades no tuvieron en cuenta factores tales como su historial de problemas de salud, debido a los abusos sexuales que había sufrido cuando era niña.Christi Cheramie se declaró culpable del cargo de asesinato en segundo grado antes de que empezara el juicio, decisión que –explicó más tarde– se debió al temor de que la condenaran a muerte si el juicio seguía su curso. En 2001, trató de retirar su declaración de culpabilidad, alegando que cuando la presentó no conocía sus derechos ni entendía el proceso judicial. La solicitud fue denegada. En noviembre de 2011, Amnistía Internacional publicó un informe titulado Aquí es donde voy a estar cuando muera, en el que resaltaba el caso de Christi Cheramie y el de dos reclusos más que en la actualidad cumplen condenas de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por delitos cometidos cuando eran menores de edad.  Sin embargo, existen más de 2.500 casos similares en todo Estados Unidos, considerado el único país en el que se imponen a menores este tipo de condenas. Estados Unidos y Somalia son los dos únicos países que no han ratificado la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, por la que se prohíben este tipo de condenas para delitos cometidos cuando la persona tenía menos de 18 años. Amnistía Internacional recuerda a Estados Unidos su obligación de no contravenir el propósito de la Convención, dado que ha firmado el tratado. “Condenar a una persona a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por delitos cometidos cuando era menor de edad constituye una clara violación del derecho internacional. Estados Unidos es una isla en medio del océano por lo que respecta a este asunto y sin duda ha llegado el momento de que ponga fin a esa situación”, manifestó Susan Lee. “Instamos a todos los gobiernos de Estados Unidos, entre ellos el de Luisiana, a promulgar leyes que impidan condenar a menores a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional”.