Las prácticas ilegales y racistas contra refugiados o trabajadores extranjeros en Líbano están proliferando. El último ejemplo de ello tuvo lugar la noche del 7 de octubre, cuando miembros del ejército libanés asaltaron los hogares de 70 trabajadores de origen sirio, egipcio y sudanés en Beirut en respuesta a la denuncia formulada por algunos residentes contra ellos por “acosar a las niñas y molestar al vecindario”. Durante la operación, los trabajadores fueron golpeados.